Ruta por la Dehesa Cañadiense
Pequeña ruta por la dehesa de La Cañada.
Ruta: Circular de 10 kilómetros.
Salida: La Cañada - La Cañada.
Viabilidad: senderismo, senderismo con perros, bicicleta, caballos.
Dificultad: muy fácil
Horas: 2 horas.
Las dehesas suelen ser ecosistemas de leyenda, más que nada porque en ellas crecen sobre todo encinas y alcornoques, árboles autóctonos por excelencia.
La Dehesa cañadiense (Herradón de Pinares) está compuesta por encinas, y en el estrato inferior matorrales cada vez más escasos.
Aunque la palabra "dehesa" proviene de la latina defesa que significa “defensa o terreno acotado para uso de pastos” a día de hoy su uso ya no es exclusivo del ganado, no es la dehesa cañadiense dehesa boyal (del latín bos o bovis,) característica de los siglos XVIII y XIX sino ante un bien natural patrimonial versátil, para el turismo rural, senderismo, paisajismo, micología, botánica y observación de aves; las dehesas son espacios de monte muy singulares, versátiles, de una gran biodiversidad que conviene preservar. La política de eliminación que lleva la Junta de Castilla y León de matorral de dehesa para "dar más tierra para pastos para el ganado" no contribuye a su conservación: resulta por tanto sorprendente que la Junta de Castilla y León apruebe la eliminación de escobonales y piornales, pues estos permiten la circulación de los animales en pastoreo, a los que ofrece alimento, protección y refugio. En tiempos de cambio climático es aún más sorprendente: el ganado consume los escapos florales y los frutos, además de los brotes tiernos poco lignificados, sobre todo cuando el pasto herbáceo empieza a escasear, más en época de sequía, además el efecto de sombreo de los piornos hacía que el periodo vegetativo del pastizal se mantuviera más tiempo verde, y ahora mismo una extensa zona donde antes había matorral se encuentra prácticamente desertificada, no hay hierba y está expuesta a escorrentías que acabará desertificando aún más la zona. Todo ello acabará, si no lo ha hecho ya, afectando colateralmente a la fauna (aves y liebres) y flora asociada al piorno.
La falta de regeneración natural, la intensificación ganadera y el decaimiento del arbolado se han convertido en una epidemia para todas las dehesas, también por desgracia para la nuestra. Es por eso que su gran valor para la zona como ecosistema multifuncional, mixto - agrosilvopastoralturistico - (con usos forestales, agrícolas y ganaderos y otros como la apicultura, micológicos y turísticos) deberían ser cuidados y mantenidos de manera sostenible.
La dehesa bien gestionada puede ser un ejemplo de Sistemas de Alto Valor Natural (SAVN) y a ello debería tender La Cañada-Herradón. Aqui, con independencia de los ciclos de sequía, que afectan cada vez más a los quercus ilex, entre los problemas más ampliamente reconocidos de la dehesa destacan dos:
a) la ausencia de regeneración natural, que conlleva un envejecimiento del arbolado debido al incremento de las cargas ganaderas y desertificación asociada por la eliminación del manto de escobonales mediterráneos y,
b) el aumento de los periodos de estancia de los animales en la misma ( sin descanso para el pasto) y de esta manera " compatibilizar la conservación y el aprovechamiento.
Concretamente, deben adoptarse prácticas respetuosas de manejo de la actividad ganadera, con rotaciones; acciones para la conservación y mejora de los pastos herbáceos y los cultivos; gestión del arbolado y los tratamientos selvícolas; control y prevención de enfermedades y plagas en el arbolado; regulación de la actividad cinegética; medidas de apoyo a la regeneración y renovación del arbolado; y acciones para la potenciación de la biodiversidad".
La dehesa de La Cañada -Herradón es asombrosa, es uno de los lugares más hermosos de la zona, pasear por ella es un placer para los sentidos: vista, oído y olores te envuelven todo el rato. Merece la pena, y mucho. Conservemosla.
