Visita al despoblado de Las Solanillas (Ávila)

Fecha: 24 de octubre de 2021

Ruta: 178 km (ida/vuelta) en coche. hasta llegar a la zona. Ruta no señalizada, pero si senderizada. A pie, ruta lineal de ida y vuelta de 5 km.

Salida: Desde La Cañada a Nogal, por la N-110 en coche (89 km) ; en Nogal y La Solanilla, caminando.

Viabilidad: senderismo, senderismo con perros, para pasear personas con movilidad reducida, calles centrales del pueblo de Nogal

Dificultad: fácil

Horas: 3 horas (ida y vuelta) + parada de más 60 minutos por la zona.

Recuperamos nuestras rutas por los despoblados abulenses. Un despoblado es un núcleo de población que se ha quedado abandonado y no cuenta con habitantes permanentes.

Hoy nos acercamos a Las Solanillas.

La Solanilla (lugar soleado) es un precioso pueblo situado enfrente de la sierra de Piedrahíta construido con piedras típicas de la arquitectura popular abulense, a 1.260 metros de altitud. Se encuentra pasado el puerto de Villatoro, en la comarca de Barco de Ávila-Piedrahíta, a cinco km de Piedrahíta.

Dejamos el coche en el camino de Nogal, pedanía que pertenece a Santiago del Collado, y caminamos por el monte hasta llegar a Nogal y desde allí a Las Solanillas. Es una zona arbolada de grandes encinas y quejigales llena de prados extensos y muy verdes. Al llegar a Nogal, nos reciben con amabilidad dos de sus cuatro vecinos. Nogal es otro municipio casi despoblado, que sin embargo te invita a quedarte. Sus gentes, todas personas mayores, son muy amables, conversamos sobre su vida en el pueblo, sobre el servicio médico, tan fundamental y los suministros diarios de alimentación, nos cuentan que son de allí, nacidos, uno trabajo toda su vida en la fresa y otro fue el cartero de la zona. Como todos los pueblos despoblados las pocas gentes que los habitan cuentan con nostalgia tiempos pasados donde por las calles faenaba la gente. Viven tranquilos, con la calma propia de un lugar con casas vacías llenas de historias. Nos acompaña en la conversación una preciosa perra mestiza de pastor alemán muy cariñosa, que mueve el rabo todo el tiempo y se acerca pidiendo caricias y al poco salen las mujeres sumándose a la charla. Ellas van con gorros de paja en octubre, ya que es un día soleado y cálido. Nos cuentan que en la sierra nieva pero que "aquí es más soleado". Nogal es un municipio precioso de calles muy cuidadas, de gentes orgullosas de su pueblo, de estructura en piedra seca que lamentablemente forma parte de nuestro patrimonio arquitectónico que se pierde.

LA PIEDRA SECA

Queremos detenernos en la construcción en piedra seca. Como ya hemos señalado en “Cuadernos de nuestra Historia: Herradón de Pinares del siglo XIII al siglo XX” ( Ed. Uno, 2021) en ecología humana la convergencia del habitante como parte importante del medio ambiente natural es esencial y constituye también la arquitectura una interrelación con otras disciplinas, como la antropología, la geografía, la psicología y la sociología.

La arquitectura en piedra seca responde a un estilo constructivo que " se caracterizaba por edificaciones abiertas; adaptación a la situación geográfica, geomorfología y al paisaje, en la dependencia de uso de los materiales del entorno, y en la búsqueda de soluciones constructivas sencillas” (Agudo 2001)

La arquitectura de piedra en seco, es decir sin argamasa, ha venido siendo considerada como parte de la arquitectura popular, tradicional o vernácula. Por ello, las reiteradas declaraciones internacionales promueven su conservación como patrimonio arquitectónico, desde la Carta de Atenas (CIATMH 1931) hasta la Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico, conocida como Carta de Ámsterdam (Consejo de Europa 1975), pasando por la Carta de Venecia (ICOMOS 1964) o la posterior Convención de Granada (Consejo de Europa 1985) en la que se incluye la arquitectura en piedra seca. La denominada España vacía o España vaciada que responde a una dinámica de deslocalización de recursos y servicios en favor de la concentración de grandes núcleos urbanos, que las despuebla, apenas recoge en sus modelos de desarrollo la importancia de reconocer este importantísimo patrimonio cultural. Juan Agudo señala tres motivos para este necesario reconocimiento:

1. El riesgo de desaparición de este tipo constructivo, cuando, sobre todo, llega la ruina en los pueblos despoblados.

2. La Historia del lugar,

3. Las tradiciones culturales de la que forma parte esta técnica constructiva que ha contribuido a conformar la identidad colectiva de los diferentes pueblos.

Más tarde, la UNESCO en 1989 adopta la Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular en donde se incluye este tipo de arquitectura “popular”. Sus formas comprenden entre otros, la lengua la literatura, la música, la danza los juegos, la mitología, los ritos, las costumbres, la artesanía, la arquitectura y otras artes. Finalmente, el arte de la construcción en piedra seca, fue inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a finales de 2018.

En Castilla y León, desde 2019 hay un esfuerzo por "inventariar" primero para "conservar" después este patrimonio tan valioso, que constituye la armonía absoluta entre el entorno natural y la vida social. Donde Naturaleza , Arquitectura y Cultura se dan la mano armoniosamente.

Subimos a Las Solanillas y el lugar nos sorprende por su belleza. Despoblado y abandonado pero abrumadoramente mágico. Creo que es mejor no decir nada y ver el vídeo siguiente. Pincha