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Ruta Pinturas Rupestres de Mingubela

Ruta: De ida y vuelta, 10 km.

Salida: La Cañada, Ávila, en coche hasta Ojos Albos (Ávila)

Viabilidad: senderismo, senderismo con perros.

Dificultad: baja.

Duración: 3 horas.

Castro y Pinturas rupestres de la Peña Mingubela. Senderos Geo-arqueológicos,


"Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero ninguno tenemos el mismo horizonte".


Nada mejor que celebrar el año que termina llenándonos de Historia, en la Naturaleza. En esta ocasión retrocedemos hasta la Edad del Hierro, último periodo de la Prehistoria, en la Edad de los Metales (3.000-700 a.c.)


A escasos 25 minutos de La Cañada visitamos el Castro de la Peña Mingubela. Apenas quedan vestigios y se encuadraría dentro de la cultura vettona (demónimo de la cultura celta). En la misma zona donde se hallan las pinturas rupestres, “calificadas como excepcionales dentro del mundo esquemático de La Meseta, en el Sistema Central de la Península y datadas en la época de finales de la Edad del Bronce y comienzos de la Edad del Hierro” (González-Tabla Sastre, Universidad de Salamanca,1980), más concretamente de la II Edad del Hierro (desde el año 800 a. C. hasta la conquista romana de Hispania, que comenzó en el 218 a. C.) El hierro llegó a la Península Ibérica procedente del centro de Europa (pueblos con cultura celta) y del Mediterráneo Oriental (Pueblos del Mar).Ésta sería la última etapa prehistórica en el territorio peninsular . Ambos enclaves se encuentran en Ojos Albos. Ojos Albos (Ávila,1.226 m de altitud), aldea de origen medieval, nos recibe en una día templado y soleado. Estamos en un pueblo de apenas sesenta habitantes, bien cuidado, de calles asfaltadas y limpias, jardinería exquisitamente diseñada, que invita a pasear por las mismas y a conocerlo. Atravesamos el pueblo dejando a nuestras espaldas el Ayuntamiento, un edificio polivalente y moderno, que guarda celosamente un tesoro: el Antiguo Libro del Catastro de la Ensenada, que data de 1751, y empezamos desde el paso canadiense, esta ruta geoarqueológica.

Lo primero que sorprende el paisaje de la zona, te imaginas una mayor aridez de la Sierra Ojos Albos, pero este recorrido de montaña, de suave pendiente, está lleno de abundantes jaras, encinas, algún pino y berceas. La Sierra de Ojos Albos es parte de la zona ZEPA de Campo Azálvaro – Pinares de Peguerinos, en la cuenca alta del río Voltoya. En esta ZEPA viven la cigüeña Negra y la Blanca, el Águila Imperial Ibérica, el Sisón, hay Buitre Negro y, Buitre Leonado, Águila Real,y en las zonas húmedas Grulla Común, Espátula, Pechiazul, Alcaudón Dorsirrojo y Chova Piquirroja…Disfrutamos de un camino sin señalizar rodeados de fuerte olor a jara pringosa (cistus ladanifer) ideal para repoblación de zonas deforestadas, siempre dulce y agradable, que nos acompaña todo el rato; dando a las lomas un aspecto profundamente verde, frondoso y bello a la vista

Caminamos por el sendero de la Peña Serrana hasta llegar al arroyo de Valdeláguila, tan fresco que a tramos de sombra seguía con capas de hielo. donde hay una bifurcación del camino. Uno sube a la Peña de la Mora, y merece la pena subir por las vistas y el otro deja el arroyo a la derecha y conduce hasta la cueva, donde se encuentran las pinturas rupestres.

Las pinturas están ubicadas en esta pequeña cueva de cuarcitas micáceas, aunque por desgracia muy afectada por agentes atmosféricos que han cuarteado, de forma ostensible, la roca y deteriorado, a su vez, las pinturas.

La cueva está orientada a noreste por lo que es bastante difícil que entre la luz del sol. De hecho, paramos allí a comer y hacia bastante fresquito, mientras que al sol, sentíamos calor. No es una cueva muy grande, unos 8 metros de largo y un máximo de 4 de profundidad.

La pena es que las pinturas no están nítidas (fueron descubiertas en 1974) y apenas son ya perceptibles a la vista, pero con el trabajo en mano del arqueólogo González Tabla-Sastre fuimos descubriendo todos los conjuntos y disfrutando de cada trazo.

Se trata de varios conjuntos de figuras zoomorfas, sobre todo hay cuadrúpedos, o sea, animales de cuatro patas que parecen caballos, aunque también hay guerreros (o guerreras). Sobre el significado de estas pinturas apenas se sabe nada. Este conjunto está bajo la protección de la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Tras disfrutar de estas asombrosas y excepcionales pinturas, emprendimos la bajada al sendero que nos retorna de nuevo a Ojos Albos. Allí, en la Plaza, ya estaban de celebración de fin de año (en continuidad con su fiesta patronal que fue el 29 de diciembre) en el Bar del pueblo, con música y todo preparado, para seguramente, recibir la noche del 31 al 1 a su vecindario.


Nos fuimos de allí, despidiéndonos del pueblo, con mejor conocimiento del importante patrimonio de esta tierra abulense y con la cabeza preparando ya la siguiente ruta.

Y todo ello, al ladito de casas.

Más fotos aqui:



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