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"Ruta literaria" (Las Navas del Marqués)

Ruta: circular, de 12 kilómetros.

Salida: Glorieta Cristo Gracia

Viabilidad: senderismo, senderismo con perros (en zona urbana con correa).

Dificultad: sin dificultad

Duración: 2:30 horas más el tiempo que quieras invertir en el Museo,


Antes de empezar...

Las Navas del Marqués, no siempre fue “del Marqués”, Hubo un tiempo en que se llamó Las Navas de Pinares.

Ocurría que Las Navas fue un codiciado lugar para marqueses, por sus bosques, sus resinas, sus pastos... quien lo sabe, y siempre quisieron poseer sus tierras. Según el Catastro de Ensenada de 1751, los duques de Santisteban poseían la jurisdicción civil y criminal en el llamado “estado de las Navas” y designaban directamente al alcalde mayor, a los alcaldes ordinarios, al alguacil mayor y a los demás oficiales necesarios para la administración de justicia, así como a los escribanos, contadores y todos los empleados municipales de la villa y también de los lugares de Navalperal y Valdemaqueda, que pertenecían a Las Navas. El ayuntamiento de las Navas y el mismo pueblo eran pues un instrumento de poder puesto al servicio de los intereses del duque, poseedor del marquesado.

En sesión extraordinaria del consistorio, allá por el 7 de agosto de 1859, se consolida el nombre "del Marqués", dejando atrás "de Pinares" que desde 1835 y hasta los años centrales del siglo XIX era el que se mantenía. Todo llega con la llegada a Las Navas de la 15º duquesa de Medinaceli y 14º marquesa de Las Navas, Ángela María Pérez Barradas, por los años sesenta del siglo XIX. Su estima por el paisaje del pueblo, su bosque, le llevaran a facilitar la llegada del ferrocarril, la construcción del "Parque-Chalet" que hoy es Ciudad Ducal, con el lago-embarcadero, atalaya-mirador, fuentes, la fábrica de resina y cambiar las formas de relacionarse con el pueblo, dicen, más amable que sus antecesores. Así fue como-- con el paso del tiempo -- el nombre de la localidad se consolida como Las Navas del Marqués, en honor, dicen, a dicha Marquesa, dejando atrás para siempre el de Las Navas de Pinares.


Comenzamos la ruta... Con esta interesante historia topónima-- por cierto, ya contaré la de Herradón de Pinares en otra ocasión, y sus "ilustres"-- comenzamos la “Ruta literaria”.


Salimos de La Cañada y vamos a Las Navas.

Nos situamos en la Glorieta del Cristo de Gracia.

Desde allí caminamos 6 minutos hacia la calle Cervantes donde decidió residir Eusebio García Luengo (1909 -2003) de la generación del 36, cuando se jubiló. Su género era el narrativo y su obra se centraba en temas sociales. Dicen, quienes le conocieron, que su capacidad de autocrítica era notable. En 1950 obtuvo el premio Café Gijón por la novela “La primera actriz” y a partir de ahí, no escribió más.


Cuentan que paseaba por el pueblo escuchando la radio, y que en una ocasión cruzando una calle escuchó a una mujer decir: "Ay cariño; no te asustes; tranquilo cariño; mi vida; pasa, pasa" Al llegar a la otra acera Eusebio García Luego se vuelve, curioso. Lo que ve es a una señora que aprieta contra su pecho a su perro mientras le dice: "Ves, cariño, si no pasa nada; ¡Ay, mi chiquitín; tranquilo, mami te protegerá siempre". El amor por los animales .

Continuamos hacia la Avenida de Alejandro Mas, durante 7 minutos, donde residió Vicente Aleixandre (1898-1984), de la generación del 27, que se enamoró de la poesía en el verano de 1917 en Las Navas. Como saben, en 1934 fue Premio Nacional de Literatura y en 1977 recibió el Premio Nobel de Literatura. Apenas queda nada de la que fue su casa original, posteriores restauraciones han creado un chalet diferente.


"Tristeza. Duele el candor, la ciencia, el hierro, la cintura, los límites y esos brazos abiertos, horizonte como corona contra las sienes.

Duele el dolor"

(Humana Voz)


Él y Dámaso Alonso (1898-1990) coincidieron aquel verano del diecisiete en Las Navas del Marqués y se hicieron muy amigos. «Ambos encabezaron el llamado Grupo de Las Navas, germen de la Generación del 27»

"El viento es un can sin dueño, que lame la noche inmensa"

(Viento de noche).

Volvemos a la Glorieta Cristo de Gracia y desde allí andamos 9 minutos hasta llegar a la calle Curato, donde se sabe que José García Nieto (1914-2001) de la generación poética de la posguerra española, veraneó después de la Guerra Civil en una casa de huéspedes, que por entonces existía . Hoy está destruida pero su “gemela” sigue en pie y nos podemos hacer una idea de cómo fue. Sus hijos cuentan que su amor por la Naturaleza fue aprendido en Las Navas del Marques, a la sombra de los pinos.


"Qué esfuerzos por ser hombre, qué trabajo forzado por hacer este torpe varón que, apenas hecho, se vio imperfecto y débil, por la pasión deshecho, y herido a cada paso del camino empezado"

(La tarea)


Salimos de zona urbana, por la carretera del arroyo del regajo en dirección al camino del valladal, esto es, nos vamos al bosque resinero.

Desde allí cogemos la senda en dirección a la finca El Dominguillo, dejando atrás el pueblo, por la senda del arroyo conejero, una zona fresca y agradable de pasear.

Pasados 15 minutos, allí giramos hacia la derecha, subiendo una colina, para coger el camino que nos lleva a la Finca Dominguillo. Hay otras maneras más sencillas de llegar, pero la senda del arroyo conejero merece la pena caminarse, más, si llevas perro.

En la Finca Dominguillo, Carmen Laforet (1921-2004) autora de Nada, pasó incontables veranos.


"Me parecía que de nada vale correr si siempre ha de irse por el mismo camino, cerrado, de nuestra personalidad. Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, otros para mirar la vida. Yo tenía un pequeño y ruin papel de espectadora. Imposible salirme de él. Imposible libertarme" (Nada)

Tras visitar de nuevo el lugar, con su inmenso atractivo e imaginar lo agradable de su estancia, nos dirigimos por el camino de la cuerda hacia el Barrio de La Estación y Ciudad Ducal,

Una vez allí, en esta preciosa urbanización, podemos encontrar el lugar donde vivieron Isabel Escudero, poetisa (1994-)


"Perdóname, hermano,

si en los sueños

me tomo

la justicia por mi mano."

(Coser y Cantar)


y Agustín García Calvo (1926-2012) ácrata e irreverente filósofo y “tábano del capitalismo” como le gustaba definirse. Como anecdotario, quienes le conocimos un poquito, le gustaba visitar a menudo Navalgrande (La Cañada) porque decía que era un lugar que, de alguna forma, le evocaba. Por allí se le podía ver, contemplando el precioso valle de la Majada-Honda que nos regala el arroyo Gaznata.

"Libre te quiero, como arroyo que brinca de peña en peña. Pero no mía. Grande te quiero, como monte preñado de primavera. Pero no mía.

Ni de Dios, ni de nadie (...)"

(Libre te quiero)


Desde Cuidad Ducal aprovechamos para ir al "Mirador de Eiffel", una torre metálica construida en 1873 en los talleres de Gustav Eiffel. Su construcción fue ordenada por los Marqueses de las Navas y constituye una atalaya forestal, para vigilar el bosque. Es una maravilla.

Sin vivienda fija, visitaron y veranearon en el pueblo desde Pio Baroja hasta Camilo José Cela pasando por Francisco Ramos de Castro (el de La del manojo de rosas) o Ricardo Wert, si, el papá del exministro Wert, que publicó siete novelas de género negro y rosa en los años 50 y 60 del siglo XX bajo el seudónimo entre otros de "Richard Welter" o "Richard Wert", el escultor Aniceto Marinas, el pintor Evaristo Guerra, el cineasta Jaime de Armiñán...Sabemos también que periodistas escogieron Las Navas para vivir o veranear, se cita a Álvaro Mateos, Manuel de Dompablo y Bernaldo de Quirós, si, si, el mismo, el que dio la primicia del hallazgo del cadáver de Aldo Moro, o Juan Peris-Mencheta, el padre del actor Sergio Peris-Mencheta, emparentados con Francisco Peris Mencheta (1844-1916) el precursor del reporterismo en España.

Terminamos la ruta literaria en el Barrio de la Estación, en la casa de Tomás. En su librería-Museo. La creó y fundó Tomás (Garcia Yebra) y la abrió en la primavera de 2012. Aunque tiene muchos libros publicados, leí uno suyo hace tiempo, de 2005 sobre la Historia Secreta de Las Navas del Marqués, libro del que parte y se nutre esta Ruta complementada con la Historia secreta II. Desde aquello no ha dejado de sorprenderme Tomás y su atractiva “dificultad para ser normal”.

Volvemos tranquilamente, atardeciendo, hacia el pueblo, por el pinar, por La Cuerda y la cuesta de Mataborricos hacia la Glorieta Cristo Gracia, donde, por seguir la tradición, compramos unos bollitos en la famosa pastelería cuyo nombre no diremos y desde allí, nos vamos para casa.

Como conclusión, merece la pena darse un paseo, recorrer estas calles y bosques que pisaron y pasearon tantos poetas, escritores, escritoras, filósofos, periodistas, ensayistas, cineastas, actores, actrices....y gente corriente, esa que aunque sin nombre en la Historia, deja su huella en cada pueblo.


Ah, y si quieren saber más y con detalle, les aconsejo leer:

  • Historia Secreta de las Navas del Marqués I (Ediciones Libertarias-Prodhufi, 2001) de Tomás García Yebra

  • Historia Secreta de las Navas del Marqués II (Ediciones Libertarias-Prodhufi, 2005) de Tomás García Yebra

Que lo disfruten.

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